Seleccionar página

Uno de los puntos críticos y más determinantes a la hora de empezar una página web o proyecto de emprendimiento online es tener un propósito o idea de negocio clara. La base o punto de partida sobre lo que se va a armar todo lo demás.

Contar con una idea contrastada sobre la que trabajar es la garantía de empezar con buen pie, aunque tampoco es un visado para el éxito, ya que influyen más factores como puedes imaginar.

He visto muchas veces, y también lo he sufrido con algún cliente, que la falta de un propósito claro o la indefinición ha generado mucho trabajo extra y unos resultados pobres. Por no hablar de la decepción y la sensación desagradable de no estar avanzando. O de estar tirando dinero a la basura… Es desesperante.

Para mirar el asunto con una cierta perspectiva, algo que puede ser muy útil si hablamos de proyectos personales, es adoptar por un momento el punto de vista de las startup que se desarrollan en el ámbito de internet.

Muchas de ellas necesitan apoyo financiero para crecer. Pero los fondos de inversión antes de poner la pasta suelen hacer muchas preguntas sobre el proyecto, la persona al frente, el equipo y mil detalles más.

Es lo normal si vas a arriesgar un montón de dinero pensando que lo vas a recuperar y multiplicar en un futuro más o menos cercano. Entonces ¿porqué no seguir una forma de proceder similar con los emprendimientos online?

En definitiva se trata de hacer una valoración y análisis de tu proyecto como si fueras una startup que busca dinero fresco de una Venture Capital para crecer. Y a la vez, cambiando de sombrero, plantear las preguntas clave que necesita un inversor que está pensando en arriesgar su capital.

La idea, para dejarlo claro, es mirar el asunto desde cierta distancia para así ser más objetivos. No tanto simular ser una startup.

Preguntas para acotar la definición de tu proyecto

Aquí va una batería de preguntas divididas en bloques temáticos que espero que te sean útiles para concretar tu proyecto y valorar si tú invertirías en él.

Qué y cómo

  • ¿Qué es? ¿Cuál es tu negocio?
  • ¿Puedes explicarlo en dos palabras?
  • ¿Cuál es el objetivo?
  • ¿Cuál es tu motivación?
  • ¿A quién me dirijo?
  • ¿Cómo sabes que la gente lo quiere o necesita?

El primer conjunto de preguntas es para acotar el propósito de tu proyecto poniendo un ojo en los futuros posibles clientes, aquellos que en marketing llamamos target y pintamos con técnicas como el buyer persona.

La persona al frente y el equipo

  • ¿Quién encabeza el proyecto?
  • ¿Cuáles son sus valores?
  • ¿Con qué recursos se puede contar?
  • ¿Cómo es el equipo con el que se trabajará?

La primera pregunta es muy sencilla ya que eres tú quien está a la cabeza del proyecto pero eso no quiere decir que una persona sola pueda con todo. Hacer un repaso de los recursos con los que puedes contar también influirá en la probabilidad de llegar hasta la meta.

Mercado y negocio

  • ¿Qué problema resuelve mi servicio o producto?
  • ¿Qué ventajas ofrezco?
  • ¿Cómo lo hace mi competencia?
  • ¿Lo voy a hacer mejor que mi competencia?
  • ¿Cómo será dentro de un año, y dentro de cinco?
  • ¿Qué conozco del negocio y todo lo que lo rodea?
  • ¿Cómo evoluciona mi sector?
  • ¿Qué hace que el líder lo siga siendo?
  • ¿Qué precio va a tener?
  • ¿Cuántas veces va a comprar un cliente?

Aquí puede haber muchas incertezas o preguntas. Estarás pensando… ¡Quién tuviera una bola de cristal!

Un plan de negocio puede ayudar a despejar varias de ellas pero todo el mundo sabe que «el papel lo aguanta todo» como se dice normalmente.

Desarrollo de la idea

  • ¿Qué se necesita para poner el negocio en marcha?
  • ¿Qué funciones tiene que cumplir mi web o app?
  • ¿Voy a hacer mi web yo mismo o la contrato?
  • ¿Qué tecnologías o plataformas voy a utilizar?
  • ¿Cuánto tiempo necesito para empezar a ganar dinero?
  • ¿Se puede escalar?
  • ¿Qué pasa si la cosa no avanza como esperaba?

En el último bloque, más preguntas y reflexiones todavía.

Es el momento de pasar a la acción. ¿Cómo lo vas a hacer? La ejecución y el desarrollo de tu proyecto es casi tan importante o más que la idea de partida.

Y ya para terminar, podría pasar que tu idea de negocio aparentemente no supere con éxito la prueba del algodón. O peor. Que la cosa no funcione ni avance. También toca pensar y establecer límites a las pérdidas para no alargar demasiado algo que ya se sabe que definitivamente no va a ir bien.

Si quieres más preguntas, especialmente focalizadas en el sector de las startup, te recomiendo que sigas la pista a Samuel Gil, de Suma Positiva. Ya verás que me he inspirado en algunas ideas de su newsletter.

Yo lo dejo aquí. Me acabo de dar cuenta que algunas de las preguntas que acabo de plantear no las tengo del todo resueltas. Ya conoces aquello de en casa del herrero…